-*- OJOS NEGROS -*-
<< Hades y DN >>
By Yoshito Eos K-Lyos Azrael (Y.E.K.A.)
Dedicado a: K-li, la Dragona Negra por excelencia, espero que te guste!...es lo más cerca que puedo llegar al limón por lo que ha significado un ruborizante esfuerzo... ¿qué?!! No hay mucho explícito...así que no esperes mucho.
“Regalo del Día de la Amistad” __________________________________________________________________
Thanathos, cansado de desempeñar sus múltiples ocupaciones entre las cuales entraba la difícil tarea de torturar a cuando individuo se le pusiera enfrente por órdenes de Hades por supuesto... había perdido con el tiempo el reparador sueño, y claro teniendo a mano a su hermano no podía desaprovecharlo...ejem...no, no me refiero a eso, sino que solicitó a Hypnos para poder conciliar el sueño y así poder tomar con mayor energía sus sesiones de tortura que tanto le gustaba impartir al dios de la muerte, por lo que; no crean que Hypnos es conocido por el dios del sueño, por simple gana, no, su poder debía ser aplicado de manera tal que durmiera a las personas, y quién no conocía su capacidad para dormir a los demás, sobre todo si se trataba de escucharlo hablar u oírlo contar historias... era para que todos escaparan o se durmieran rapidísimo, algo así como un efecto en su voz, dicho sea de paso, que este efecto o defecto, no era del conocimiento de su dueño XD y luego éste se preguntaba el porqué nadie quería hablar con él jejejeje. Así fue como Hypnos comenzó a contarle la siguiente historia a Thanathos, sin saber los fines de eso...:
“Cuenta la historia que a su encuentro volvió
Una tarde llena de gente ya casi a las seis
Cuenta la historia que a su encuentro llegó
Algo retrasado y nervioso, mirando el reloj.”
Hades el infranqueable de corazón, amo indiscutible del Inframundo, aburrido de sus tantos placeres en los abismos infernales, decide cada cierto lapso prudencial, dar un paseo en la tierra para poder matar un poco de la basta eternidad que le falta en su reloj perpetuo.
Para lograr sus fines toma una forma mortal, la cual a pesar de su buen porte e inigualable belleza de negro diamante, no le hacía justicia completamente a su natural perfección divina.
Una tarde gris, se dedicó a recorrer una de las plazas de las tantas existentes en la populosa, bulliciosa y sobre todo trasnochadora ciudad. Para el señor del Inframundo, divertirse a costa de los paupérrimos mortales era uno de sus pasatiempos favoritos, dado que dicha actividad requería un amplio manejo del arte del engaño y su tan habitual seducción que llevaba tan a flor de piel, se sentía cual niño divirtiéndose con su juego favorito, como pez en el agua, una sonrisa coqueta le adornaba su porcelana rostro, esos maliciosos ojos escudriñadores recorrían incesantemente cada rincón, en busca de su siguiente víctima, se sentó en una de las bancas de la plaza, mientras cruzaba las largas piernas, despreocupadamente vestido de ropa casual de colores oscuros, para ir con la moda invernal...
“Cuánta seducción reboza de su cáliz,
El afluente es irresistiblemente llamativo;
Como una jauría sus palabras rebotan
No parece querer tener fin a su vicio
Con su lengua, sutil arma afinada
Seduce sin prejuicios a quien caza”
La última vez que estuvo ahí, le pareció haber visto un espécimen que le había resultado bastante llamativo e interesante, ambos habían cruzado sus miradas varias veces, el chico parecía interesado y si Hades lograba hacer que le tomara atención, podría formar parte de su juego.
Pasó más de una hora sentado ahí, y su víctima aún no parecía dar señales de avistamiento alguno, jamás en su antiquísima vida lo habían hecho esperar tanto, ni los condenados en el infierno tienen que esperar tanto y lo que era peor, las encaprichadas nubes que se habían juntado esa tarde sobre la ciudad, habían decidido bañar un poco con sus lágrimas la concurrida plaza; por lo que antes que la lluvia se volviera más incómoda, Hades decidió entrar a un bar, ya estaba algo empapado, y la sensación de frío lo empezaba a incomodar así que un vino tinto le caería bien para devolverle la temperatura normal a su mortal apariencia.
Como era lo conveniente, afuera caía una estruendosa tormenta que amenazaba con calmarse hasta no haber desbaratado todo lo que apareciera en su paso, y así con semejantes condiciones, muchas personas entraban al establecimiento para refugiarse con la excusa de tomar un café o algo menos liviano que les hiciera subir la temperatura...
No tardó mucho en aparecer la preciosa personita mientras que Hades intentaba dar su segundo trago al tinto, que la verdad no le gustaba mucho el sabor de esa bebida, pero en cuanto fijó su mirada en esos Ojos Negros, la sorpresa de verlo tan repentinamente lo hizo tomarse en estrépito el sorbo que había quedado atrapado entre su boca, la juguetona lengua y la garganta, ahí estaba esa persona, debía actuar rápido, aunque la ocasión no parecía requerir de mucho apuro, pues mientras la lluvia seguía constante, nadie parecía querer salir del sitio.
“Víctima nívea que cae adormecida
A sus afiladas garras incontenibles
Sedientas de sangre fresca e inocente
Con sus aceradas fauces la devora
Rápida y enloquecidamente,
Cual néctar de exquisito simposio celestial”
De repente sin mucha planeación, Ojos Negros se acercó a la barra, y pareció decir unas palabras a la persona que atendía, luego entre cerrando los ojos dirigió una pícara mirada directo el señor del Inframundo, quien necesitaba menos de eso para poder crear una conversación y hacer caer a su víctima.
- Parece que el cielo se cae a pedazos
- Es la primera lluvia de la temporada...-retirando unos mechones de largos cabellos negros del rostro, dejando ver claramente los azabaches diamantes que adornaban por ojos en su rostro.
- Significa que será un invierno muy copioso...-Colocando su brazo sobre la barra dejando descansar su rostro en la palma de la mano.
- Usted no es de esta ciudad no es así?
- << ni siquiera soy de este mundo>>Eres muy observador, estoy de vacaciones, decidí dar un pequeño paseo, pero lamentablemente la lluvia no desea que siga mi recorrido...-agitando un poco la copa de vino.
- Lo deduje por su acento y lastimosamente el clima de mi país, es impredecible y caprichoso.
- <<como yo también>>...trabajas cerca de aquí?
- Sí, en el edificio de enfrente, en el banco...
El joven de brillantes y láseos cabellos oscuros que llegaban sorprendentemente hasta más abajo de su cintura armonizando coquetamente su figura, hermosos y tersos labios llamativos que conjuraban a pecar sin decir palabras, de magnetizantes Ojos Negros que atrapaban a cualquiera, lucía un elegante traje negro de corbata roja carmesí, junto a un maletín ejecutivo que había dejado junto a la silla colocándolo suavemente sin haber perdido detalle de los movimientos de Hades.
- Por tu postura parece que eres alguien muy importante ahí
- No necesariamente, tan sólo formo parte de la junta directiva.
- Luces bastante joven, cuántos años tienes?
- ##
- Quieres otro café?
- Muchas gracias
“Ojos Negros me decían yo no te conozco
Ahí tranquilo en la vidriera, se observaba un foco
Que le digo ahora, no lo sé
Una luz encendida y de pronto pensé
Que este encuentro casual no era casualidad, me acerqué”
Hablaron un largo rato tan sólo palabras vacías como lo hacen no sólo los humanos sino los dioses mismos con frecuencia, Hades ya conocía su nombre, no era necesario que Ojos Negros le dijera nada pues su mente era como un libro abierto para él , quien gracias a sus artilugios que ya parecían embrujos, no tardó mucho tiempo en convencerlo para que se quedara un poco más en el sitio -que ya estaba más vacío pues la lluvia finalmente había cedido, una suave música sonaba en el sitio, algunas parejas bailaban en el hall-
“Ojos Negros se encontraban al cabo de unas horas
Apretado a mi bailando una canción de moda
El ambiente oscuro me indicó
que el espacio se hacía muy grande
y que yo sugiriese pasar esa noche los dos, porqué no?”
Le pidió que cerrara los ojos, el ingenuo chico aceptó creyendo que todo era una simple aventura, se dejó llevar de los brazos del amo de los infiernos, como si en aterciopelada nubes viajara, así fue su llegada a la lúgubre morada de Hades, sin duda una noche mágica, repleta de estrellas; pero ninguna iluminaba tanto a Hades como la presencia de Ojos Negros junto a él. El lugar hermosísimo, con sus altos pilares, pisos y paredes de exquisito mármol negro y reluciente, provocando el efecto de oscuros espejos, ventanales color rubí, que hacían que la luz proyectada desde las lámparas situadas atrás de las ventanas exteriores, resultara color carmesí adentro del palacio.
El dios desde un principio había conducido a su invitado, mostrándole a diestra y siniestra, las habitaciones más importantes y más extravagantes, jamás vistas por mortales; pero todo esto tenía un propósito, por lo que ni tardo ni perezoso, llegaron hasta sus habitaciones privadas, cortinajes avinados, rodeando por completo un amplio lecho, adornado con sábanas y almohadones de delicado satín negro, todo esto haciendo perfecto contraste con el negro mármol que todo lo reflejaba, y en el que en un momento se logró observar dos bocas fusionarse en estrépito, luego de haberlo hecho en una ferviente mirada, que retaba a cualquier duda acerca de lo que ahí, iba a suceder...
“El señor del inframundo le ha robado el alma
Y a menos que sus malignas caricias lo atrapen
Morirá lentamente en el regazo de la ansiedad.
Hoy etéreo es el sueño que lo atrapa
Largas y pesadas son sus cadenas y de ellas
No podrá soltarse hasta que su amo lo desate.”
Hades y su nuevo consorte se perdieron entre las sábanas, al comienzo su invitado, estaba algo incómodo debido a las múltiples atenciones brindadas hacia su cuerpo por parte de Hades, que si no fuera porque Ojos Negros estaba conciente de todo, se diría que abusaba de su poca experiencia pues nunca había sentido todas las sensaciones que comenzaba a percibir en su pueril piel.
El tierno rostro del chico reflejaba claramente que no presentaba resistencia ante las atrevidas, muy estudiadas y a veces hasta juguetonas manos del dios, quien sin duda disfrutaba cada expresión de satisfacción por parte de Ojos Negros...
“Como escapar a la inmortalidad de tus brazos
Como no perderme en tus infinitos ojos esmeraldas,
Como evitar que me ates a tus sedosos cabellos negros,
Como no enviciarme de tu divino y eterno ser.
Como evitar las ganas de asfixiarte a besos,
Como no robarte descaradamente un abrazo,
Como no cubrirte de las más tiernas caricias,
Como escapar a contemplarte en mis sueños”
Pronto la temperatura de la habitación sube alocadamente, unos tersos labios rozaron sus mejillas y poco a poco recorrieron cada milímetro de su cuerpo, Ojos Negros jadeaba, se encontraba en otro plano, las paredes parecían de fuego, los cuerpos se fusionaban en una apasionada y rítmica danza viciada de desenfreno, cada uno sentía que podía tocar el cielo con las manos, aperladas sus pieles en sudor y temblando se hundieron con fuerza contra las almohadas acercándose peligrosamente al abismal y tan esperado éxtasis. Ojos Negros sentía desmayarse, cayendo en un túnel sombrío, sin fin, y aunque se aferraba a las inestables sábanas para evitar perder el conocimiento de golpe, luego de un rato, un grito que se ahogaba en la garganta de ambos finalmente emergió desde la profundidad de sus suspendidos seres.
“Para cuando al final del enloquecido éxtasis
Su mortal atormentado finalmente
Al borde del oscuro abismo reacciona
Ya es demasiado tarde para él,
Sus brazos han probado el sabor de su piel
Ahora no tendrá un solo segundo con calma
Pues en tus garras a quedado su alma”
Poco a Poco Ojos Negros fue saliendo de su inconciencia, al sentir que alguien le besaba tiernamente en los labios, para luego hacerlo con furia; al principio sólo eran luces, varios colores, hasta tomar tonos carmesíes, luego un murmullo que progresivamente se convirtieron en una ilación de palabras que cobraban sentido a medida que él lo hacía, despertando de su sopor, su sorpresa en un principio fue mayúscula al descubrirse entre sábanas ajenas y rodeado de los brazos de aquel ser que desde hace tiempo atrás, él, había sospechado no era humano y que era precisamente ése misterio lo que tanto le atraía; recordando lo sucedido, correspondió al beso del otro, volviendo así a dormir como por arte de magia, como despertando doblemente de un ensueño quedó Ojos Negros junto a Hades en el mismo lecho.
“No preguntes el porqué de mi ausencia
Perdido en el laberinto del corazón
Tras las gruesas puertas del olvido
Yacía mi solitaria alma espectral
Sólo el silencio la acompañaba.
Mientras transitaba el sendero
De mi eterna y oscura noche,
Después de sufrir pude encontrarte
al final del interminable desfiladero,
tu resplandeciente luz me gritaba en silencio
que no estaba completamente muerto.”
-Hypnos: ...Y así fue como Hades conoció y se envició con Dragón Negro....Than!, diablos! Ya se durmió!...no sé para qué me llama si se va a dormir antes de que termine...-Haciendo puchero ¬.¬
-Thanathos: ZZZZZzzzzzzz......zzzzzzzZZZZZZ
FIN
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Poemas: CACERÍA, ¿COMO? y AUSENCIA By Y.E.K.A. o sea Yo!
Canción: Ojos Negros de Ricardo Montaner
